26/05/2023 hechoencalifornia1010.com (Estados Unidos) - Nota [noticia en diferido]

Disidentes azotan a Putumayo para conservar las narcorrutas


Una disputa de narcotráfico entre facciones disidentes de las Farc tiene sumida a la población de Putumayo en un espiral de violencia, que ahora amenaza la escasa esperanza que había de concretar una tregua que les diera un respiro. La más reciente atrocidad fue la masacre de cuatro indígenas menores de edad, el pasado 20 de mayo. Los infantes habían sido reclutados en Putumayo por el frente Carolina Ramírez, el cual pertenece al autodenominado Estado Mayor Central (EMC) de las Farc. Según las versiones preliminares, escaparon de uno de los campamentos y fueron perseguidos hasta un sitio conocido como El Estrecho, en la triple frontera de ese departamento con Caquetá y Amazonas. Allá los acribillaron. El EMC reconoció el crimen en un comunicado, aunque alegando que solo fueron tres los “ajusticiados”. Por este hecho, el Gobierno de forma unilateral rompió el cese al fuego que mantenía con esa organización ilegal, aunque no de manera total, sino en cuatro departamentos: Putumayo, Meta, Guaviare y Caquetá, donde más se han evidenciado acciones hostiles contra la población civil. El EMC reaccionó con un panfleto, en el que pronosticó que “el rompimiento unilateral desatará la guerra y se multiplicarán los muertos, heridos y prisioneros”. ¿Pero por qué está tan grave el conflicto en la región? ¿Por qué se masacra a los niños que quieren escapar de la guerrilla? Lea Tambien:   Por qué los inmigrantes indocumentados tienen dificultades para recibir trasplantes de órganos Bandos enfrentados Según datos de Inteligencia Militar, el frente Carolina Ramírez es comandando por Jeison Alexis Ojeda, alias “Danilo Alvizú”, uno de los hombres más cercanos a Néstor Gregorio Vera (“Iván Mordisco”), el máximo líder del EMC. “Danilo Alvizú”, además, es uno de los voceros designados por esa organización para una eventual mesa de diálogos de paz con la Casa de Nariño, aunque de momento los acercamientos se enfriaron por cuenta de la matanza de los cuatro indígenas. El frente Carolina Ramírez despliega sus tentáculos en Putumayo, Caquetá, Amazonas y el extremo suroriental de Cauca. De acuerdo con fuentes policiales, está directamente involucrado en el tráfico transnacional de narcóticos, controlando rutas terrestres, pistas clandestinas y corredores fluviales para exportar cocaína y marihuana de variedad cripa. Entre sus socios están carteles mexicanos y bandas criminales brasileras, que le reciben la droga a cambio de altas sumas de dinero. Por esta dinámica, el frente de “Danilo Alvizú” es uno de los que más plata genera para la estructura de “Iván Mordisco”. Su principal enemigo en Putumayo son los Comandos de Frontera, una confederación ilegal que combina exparamilitares, desertores de las antiguas Farc y exmiembros de bandas locales, como “la Constru”, “la Mafia” y “los de Sinaloa”. El jefe de esta coalición es Giovanny Andrés Rojas, apodado “la Araña”. Aunque también se dedican al narcotráfico, en una entrevista para el diario El Espectador, publicada el pasado mes de marzo, el cabecilla afirmó que “nosotros no somos disidentes y mucho menos paramilitares. Somos la única organización política militar que surge después del Acuerdo de Paz”. Lea Tambien:   “Tengo miedo de ser engañado”: México dispersa a los migrantes en la frontera sur en medio de las amenazas de deportación desde Estados Unidos A finales de 2020 los Comandos se unieron a la Segunda Marquetalia, la disidencia fariana de Luciano Marín Arango (“Iván Márquez”), principal enemiga del EMC. Esta situación agudizó el conflicto en la frontera de Colombia con Ecuador, Perú y Brasil. Oleada de crímenes De acuerdo con las alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo, los territorios más golpeados por la disputa son los municipios de Puerto Leguízamo, Puerto Caicedo, Orito y Puerto Guzmán. Las comunidades, incluyendo indígenas y campesinos, sufren por las extorsiones, el reclutamiento, secuestros, desapariciones, confinamiento y desplazamiento forzado. Los dos bandos se disputan palmo a palmo los cascos urbanos y veredas, pero en especial las riberas de los ríos Putumayo, Caquetá y Caucayá, entre otros. Uno de los episodios más violentos de la contienda ocurrió en noviembre de 2022, cuando el frente Carolina Ramírez masacró a 23 integrantes de los Comandos en un paraje rural de Puerto Guzmán. El país se enteró de lo ocurridos por videos que rodaron por internet, en los que los cadáveres son descargados por una volqueta en un caserío. El presidente Gustavo Petro calificó lo sucedido como “una escena dantesca” y les exigió a esos grupos un compromiso con la paz. Pero la crueldad no cesó. Después de eso se registraron dos triples homicidios en los municipios de Orito (17 de enero) y Valle del Guamuez (5 de mayo); y el 21 de marzo asesinaron al líder indígena Diego Jair Orbes, en Puerto Caicedo, por citar algunos casos. Lea Tambien:   Embarazada mata a tiros a su hijo y luego se quita la vida en Idaho, según autoridades Lo extraño para la comunidad es que hace meses, tanto el EMC como la Segunda Marquetalia, están en contactos con el Gobierno para eventuales conversaciones de paz, mas pareciera que en Putumayo los combatientes se hicieran los de la vista gorda. O mejor dicho, que le dieran más importancia a las toneladas de cocaína que se mueven por esa caótica frontera.

Imágen: hechoencalifornia1010.com


#57822985   Modificada: 27/05/2023 12:12 Cotización de la nota: $15.200
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