26/05/2023 hechoencalifornia1010.com (Estados Unidos) - Nota [noticia en diferido]

Edictos de Milán y Tesalónica: los decretos que establecieron la relación entre la Iglesia y el Estado


El Edicto de Milán , emitido por los emperadores Constantino y Licinio en el año 313 d.C., marcó un punto de inflexión crucial para el cristianismo, pues le otorgó reconocimiento oficial. En él se proclamó la libertad religiosa, permitiendo a los creyentes practicar su fe abiertamente y sin temor, pues se le puso fin a la era de persecución en su contra. Los líderes romanos adoptaron las convicciones cristocéntricas y, luego, se estableció el cristianismo como la religión oficial por medio del Edicto de Tesalónica. Esto provocó cambios sociales, culturales y políticos. Algunos de esos cambios se convirtieron en ventajas para los seguidores de Jesucristo, pero otros generaron consecuencias negativas a corto y largo plazo para la Iglesia. Incluso, las motivaciones individuales para la conversión variaron. Mientras unos abrazaron la fe cristiana por una genuina convicción, otros pudieron haber sido influenciados por consideraciones personales, sociales o políticas.  En resumen, el Edicto de Milán marcó el comienzo de la tolerancia oficial hacia el cristianismo, mientras que el Edicto de Tesalónica lo estableció como la religión oficial del Imperio romano. A continuación, le daremos una mirada a ambos sucesos históricos, así como a sus consecuencias. Conveniencia para el cristianismo Después del Edicto de Milán, la situación de los cristianos en el Imperio romano cambió significativamente. Estos fueron algunos desarrollos clave durante ese período: Legalización y protección: se les concedió la libertad de practicar su fe abiertamente y sin temor a ser procesados. Esto condujo al crecimiento y expansión de las comunidades cristianas en todo el imperio. Construcción de iglesias y restauración de propiedades: la legalización del cristianismo llevó a que las propiedades que les habían confiscado a las comunidades les fueran devueltas. Los cristianos pudieron construir lugares de culto y organizar sus prácticas religiosas de manera más abierta. Patrocinio imperial: emperadores como Constantino y sus sucesores otorgaron varios privilegios y beneficios a los cristianos, incluido el apoyo financiero, la exención de ciertos impuestos y la concesión de derechos legales. Aceptación social: se volvió más aceptable socialmente, e incluso deseable, ser cristiano. Abrazar esta religión les permitió a las personas ser parte de una comunidad más grande, con creencias y valores compartidos; proporcionó un sentido de pertenencia dentro de un movimiento religioso en crecimiento. Acceso a la educación y oportunidades: los cristianos empezaron a establecer sus propias instituciones educativas, como escuelas de catequesis y centros teológicos. Se proporcionó acceso a la educación y al desarrollo intelectual dentro de la creciente comunidad cristiana. Esto generaba oportunidades para roles de liderazgo dentro de la iglesia y un avance potencial en otras áreas de la sociedad. Cambios culturales y políticos: a medida que el cristianismo ganó dominio, se volvió ventajoso hacer parte de él para asegurar posiciones en la sociedad y acceder a oportunidades económicas, políticas y sociales. Lea Tambien:   CSIF gana las elecciones sindicales entre profesorado de Religión de Secundaria en Málaga Sin embargo, para algunos no fueron suficientes la tolerancia al cristianismo ni todas las ventajas que de ella resultaron. Edicto de Tesalónica El Edicto de Tesalónica, emitido en 380 d. C., fue promulgado por los co-emperadores Graciano y Valentiniano II. También conocido como el Edicto de Cunctos Populos, este decreto declaró el cristianismo como la religión oficial del Imperio romano. En él se estableció que todos los súbditos debían profesar la fe de los obispos de Roma y Alejandría, quienes defendían el Credo ortodoxo de Nicea (la declaración de fe cristiana más aceptada y reconocida universalmente, según Got Questions), así que se ordenó el cierre de los templos paganos y se prohibieron todas las prácticas religiosas no cristianas. El artículo continúa después del anuncio Esto marcó un cambio significativo en el panorama religioso del Imperio romano, ya que el cristianismo pasó de ser una de las muchas religiones toleradas a ser la exclusiva y privilegiada. Así, el edicto aceleró el declive de las religiones paganas tradicionales y estableció las bases para la estrecha relación entre la Iglesia y el Estado. Teodosio I También conocido como Teodosio el Grande, fue un emperador romano que reinó del 379 al 395 d.C. y que desempeñó un papel importante en la historia de la iglesia. El cristianismo había experimentado periodos de persecución y de tolerancia por parte de varios emperadores, pero durante su reinado tuvo una importante transformación en su estatus e influencia.  En el 380 d.C., Teodosio aprobó el Edicto de Tesalónica, el cual proclamaba el cristianismo niceno como religión oficial del Imperio romano, lo cual obligaba a los ciudadanos a adherirse a esa fe y declaraba ilegales todas las demás prácticas religiosas. Este emperador prohibió los rituales y cerró los templos paganos, suprimiendo así otras creencias. Sus políticas tuvieron un impacto significativo en el posterior desarrollo y expansión del cristianismo dentro y fuera del emporio. Además, Teodosio hizo una labor crucial en la formación de la doctrina cristiana primitiva. Participó activamente en los concilios eclesiásticos y utilizó su autoridad para imponer la ortodoxia teológica, especialmente en relación con la controversia arriana . También convocó el Concilio de Constantinopla en el año 381 d.C., que consolidó el Credo Niceno como declaración ortodoxa de fe, afirmando la divinidad de Jesucristo. Su influencia en estos concilios fue clave para darles forma a los fundamentos teológicos del cristianismo. Lea Tambien:   ¡Yo no soy como los demás! De “Milán” a “Tesalónica” El Edicto de Tesalónica dio un paso más allá del Edicto de Milán. Mientras que este último le concedió tolerancia al cristianismo, el de Tesalónica elevó su estatus: lo estableció como la religión privilegiada y exclusiva del Imperio y al tiempo suprimió otras prácticas religiosas. Juntos, jugaron un papel importante en la configuración de la trayectoria del cristianismo e incluso en su expansión. Por supuesto, el de Milán allanó el camino para el reconocimiento y la aceptación del cristianismo en el Imperio romano, mientras que el de Tesalónica solidificó e institucionalizó su posición de poder e influencia. Ese segundo edicto estableció la adhesión al Credo de Nicea, lo cual generó una forma específica de ortodoxia cristiana y marginó tanto a las sectas cristianas como a las religiones no cristianas. Las implicaciones negativas Si bien el establecimiento oficial del cristianismo como religión estatal del Imperio romano generó ciertas ventajas y oportunidades, también dejó consecuencias negativas. Estas son algunas razones por las que se consideró perjudicial para la iglesia: La pérdida de la persecución como catalizador de la fe: antes del reconocimiento oficial del cristianismo, los períodos de hostigamiento jugaron un papel importante en la formación y el compromiso de los creyentes. La persecución generó un sentido más fuerte de identidad, dedicación y disposición a sufrir por las creencias. Cuando se detuvo, la iglesia enfrentó el desafío de mantener el mismo nivel de fervor y dedicación. Integridad espiritual comprometida: debido a que algunas personas pudieron haberse unido a la iglesia por ventajas sociales o políticas, en vez de por una fe genuina, la sinceridad y el compromiso dentro de la comunidad cristiana se vieron diluidos. En ese sentido, el poder político y el patrocinio imperial introdujeron el riesgo de comprometer la integridad espiritual de la iglesia. Influencia secular y corrupción: la alianza entre la Iglesia y el Estado dio lugar a luchas de poder. La institución eclesial se enredó en asuntos políticos y algunos de sus líderes buscaron ejercer influencia más allá del ámbito espiritual, lo que llevó a la corrupción, a la erosión de los principios y valores originales de la iglesia. Intolerancia religiosa y supresión de la disidencia: hubo un cambio en el tratamiento de otras creencias religiosas. La minoría anteriormente perseguida se convirtió en mayoría, y las prácticas religiosas no cristianas fueron suprimidas o incluso, en algunos casos, hostigadas. Esto resultó en la pérdida de la libertad y la diversidad religiosa y la imposición de una ortodoxia singular, sofocando las voces disidentes dentro del imperio. Decadencia en el fervor espiritual y el celo misionero: con el establecimiento oficial del cristianismo, decayó la motivación para difundir activamente la fe. Es posible que la urgencia y el celo misionero que caracterizaron al cristianismo primitivo hayan disminuido, así como los esfuerzos evangelísticos de la Iglesia y la exploración de nuevos territorios. Lea Tambien:   China: el Partido Comunista quiere "guiar activamente a las religiones" Es importante señalar que estas consecuencias negativas no eran inherentes al cristianismo en sí, más bien fueron el resultado de la estrecha relación entre la iglesia y el poder político, así como de los otros cambios ya mencionados. Los problemas que se derivaron de esta unión iniciada entre el 313 y el 380 d.C., como la corrupción y la latente pérdida de integridad, la disminución de las misiones y la supresión de las voces disidentes, se fueron profundizando con el paso de los siglos y llegaron a ser profundamente dañinos para la imagen de la Iglesia. Por eso, a finales del siglo XV, la iglesia clamaba por una reforma . (Ver: 95 tesis: por qué fueron tan revolucionarias )

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